Financiación de organizaciones comerciales y no comerciales

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Uno de los aspectos más importantes de la gestión de una organización es establecer un método coherente de financiación de proyectos y operaciones. Las organizaciones comerciales suelen financiar sus esfuerzos iniciales mediante préstamos bancarios, inversores locales e ingresos por ventas. Si se considera que el producto o servicio de una empresa tiene un alto valor potencial en el mercado, puede tener la oportunidad de obtener financiación de inversores nacionales o mundiales, como los inversores de referencia y los inversores de capital riesgo. Las organizaciones sin ánimo de lucro suelen adoptar un enfoque diferente, buscando donaciones privadas de tiempo y dinero, patrocinio empresarial y subvenciones gubernamentales, entre otros. El crowdfunding, una forma de recaudación de fondos en línea, también se ha convertido recientemente en un método popular de financiación de organizaciones sin ánimo de lucro.

Las fuentes de recursos financieros pueden dividirse en tres grupos:

  • fondos propios;
  • fondos prestados;
  • fondos prestados.

Los fondos propios son los beneficios, las cargas de amortización, los fondos procedentes de la venta de valores, las acciones y otras aportaciones de personas jurídicas y físicas, etc. Los fondos propios de la empresa incluyen el capital estatutario, el capital adicional, el capital de reserva, la financiación de objetivos y los ingresos, los beneficios no distribuidos de años anteriores y del año de referencia.

El capital social es una parte del patrimonio registrado en los estatutos de la empresa. El importe del capital social se recoge en los documentos fundacionales. En el caso de las empresas estatales, el capital social es el importe de los fondos asignados por el presupuesto del Estado cuando la empresa comienza a funcionar; la fuente del capital social son los beneficios de la empresa.

En el caso de las empresas comerciales, el capital social es igual al importe de las aportaciones realizadas por los fundadores. Las aportaciones al capital social pueden ser en forma de dinero, edificios, equipos, valores, derechos de uso, derechos de propiedad intelectual, etc. El importe del capital social no cambia. Si el capital social cambia, es necesario modificar los documentos fundacionales y registrarlos ante las autoridades ejecutivas. Por ejemplo, en las sociedades anónimas, el capital social se amplía mediante la emisión de nuevas acciones o el aumento del valor nominal de las acciones emitidas anteriormente. La reducción del capital social se realiza amortizando parte de las acciones de los accionistas (para anularlas) o disminuyendo el valor nominal de las acciones.

El capital adicional es la prima de emisión de la sociedad anónima (resultante de la venta de acciones a un precio superior al valor nominal), los importes procedentes de la revalorización del activo no corriente (revalorización anual del inmovilizado debido a la inflación, que provoca un aumento de su valor), las asignaciones del presupuesto para financiar inversiones a largo plazo, los fondos para reponer el capital circulante, etc.

El capital de reserva está destinado a cubrir pérdidas imprevistas, para pagar los ingresos a los inversores si los beneficios son insuficientes para este fin. La fuente del capital de reserva es el beneficio. Las aportaciones al capital de reserva se realizan hasta que estos fondos alcanzan la cantidad especificada en los documentos fundacionales.

Las financiaciones e ingresos asignados son fondos recibidos para satisfacer determinadas necesidades financieras, para determinados fines. Estos fondos se utilizan para reponer el capital circulante y financiar las inversiones a largo plazo. Pueden proceder del presupuesto, de fondos extrapresupuestarios de los departamentos y de otras fuentes.

Los beneficios retenidos son una fuente de reposición del capital circulante de una empresa. Es la diferencia entre el beneficio generado y su parte utilizada.

Los beneficios son la fuente más importante de los fondos propios de la organización. Refleja el efecto, el resultado financiero de la actividad económica de una organización. Se distinguen los siguientes tipos de beneficios: el beneficio bruto, el beneficio de las ventas, el beneficio antes de impuestos y el beneficio neto.

El beneficio bruto es el ingreso por la venta de bienes, obras y servicios (menos los impuestos indirectos, es decir, el IVA, los impuestos especiales, los derechos de exportación, etc.) menos el precio de coste de los bienes, obras y servicios vendidos.

Beneficio de las ventas: beneficio bruto menos los gastos de venta y administración. Los gastos de venta y distribución son los costes de las ventas; en el caso de las organizaciones comerciales, son los costes de circulación de las mercancías vendidas. Los gastos de gestión son gastos generales de la empresa.

El beneficio antes de impuestos consiste en el beneficio de las ventas más otros ingresos menos otros gastos. Los otros ingresos incluyen los intereses a cobrar (sobre bonos, depósitos, etc.), los ingresos por la participación en otras organizaciones, otros ingresos de explotación (por la venta de activos fijos e intangibles, etc.), los ingresos no operativos (diferencias positivas de cambio, etc.).

Otros gastos incluyen los intereses a pagar, otros gastos de explotación, gastos no operativos (multas y sanciones por incumplimiento de contratos comerciales, pérdidas por robo de inventario, etc.).

Los ingresos netos consisten en el beneficio antes de impuestos más los activos por impuestos diferidos, menos los pasivos por impuestos diferidos, menos el impuesto sobre la renta corriente.

El beneficio total recibido por la organización se divide en dos partes:

  • Beneficios retirados a las autoridades estatales y locales;
  • Beneficio que queda a disposición de la organización (beneficio neto).

En primer lugar, las organizaciones sin ánimo de lucro deben recibir financiación de sus fundadores y miembros. No hay una lista cerrada claramente regulada de estas fuentes, la decisión se basa en los objetivos declarados de la organización en el estatuto.

Los activos de una organización sin ánimo de lucro proceden principalmente de las siguientes fuentes:

Contribuciones puntuales o periódicas de los fundadores. El procedimiento de pago de las contribuciones por parte de los fundadores se determina en los documentos fundacionales. Sin embargo, actualmente no existe la obligación de realizar aportaciones al capital social; esta cuestión está regulada por las leyes locales.
Ingresos por venta de bienes, obras y servicios. Hay que tener en cuenta que estos ingresos sólo son posibles en organizaciones que contemplan la obtención de beneficios como uno de los objetivos de la organización. Asimismo, es posible que dicha fuente de financiación sea un ingreso por el uso de los bienes de la organización.
Dividendos de acciones, valores. Este tipo de financiación para su propia entidad jurídica implica la participación en una sociedad anónima. La mayoría de las veces se debe a la creación de una sociedad anónima, que la ley permite a un número limitado de personas: fundaciones, instituciones, algunas empresas estatales.